domingo, 11 de mayo de 2014

Jean Paul Sartre

(París, 1905-id., 1980) Filósofo y escritor francés. Precoz lector de los clásicos franceses, en 1915 ingresó en el liceo Henri IV de París y conoció a Paul Nizan, con quien inició una estrecha amistad. Al año siguiente, el segundo matrimonio de su madre (considerado por Jean-Paul como «una traición») lo obligó a trasladarse a La Rochelle; hasta 1920 no regresó a París. En 1924 inició sus estudios universitarios en la École Normale Supérieure, donde conoció a Simone de Beauvoir, con quien estableció una relación que duraría toda su vida.SU PENSAMIENTOConsideró la corriente de pensamiento existencialista, como su propio nombre indica, centro su analisis filosofico en todo lo concerniente a la existencia evidente del ser humano, considerando vana cualquier referencia a instancias ajenas al mundo sensible y cuya realidad no pudiera ser probada. Por tanto, su metodo no podia ser otro que el fenomenologico, circunscrito por definicion a las manifestaciones evidentes de las cosas y exento por completo de cualquier implicacion metafísica. El hombre es el unico ser que tiene consciencia “ser-para-si”, los demas seres vivientes son “ser-en-si”, carecen de consciencia por lo tanto viven en si, su existencia en el mundo es vacia, sin logro y sin otro fin mas que la muerte.En la filosofia de Sartre entran las interrogantes: ¿Qué es el hombre? ¿Qué es la existencia del hombre? Todo lo existente en nuestro universo “nace sin razon, se prolonga por debilidad y muere par recontre”. El hombre al igual que todo lo que lo rodea no puede evitar el existir, simplemente se encuentra en ese estado sin alternativa, solo vive para si mismo, en la individualidad. Su existencia no posee ninguna relacion con la existencia de otro ser, el hombre se encuentra completamente solo. Para Sartre en el hombre, y solo en el, reside la consciencia “ser-para-si”, que lentamente se convierte en la terrible angustia del hombre, a la cual no puede escapar. La consciencia es en si una enfermedad del humano, que impone el desequilibrio. Es ella responsable de todo nuestro dolor, ella tan abstracta pero a su tiempo tan poderosa, capaz de llevar al hombre a lo irracional. Y, sin embargo no poseemos control sobre nuestra propia consciencia, dejamos que nos juzgue, y actuamos según su sentencia. 

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